El mundo contemporáneo sufrió ayer el impacto de un descubrimiento revolucionario: las llamadas grasas ‘trans’, el tipo de grasa saturada catalogada como la más ‘nociva’ hasta la fecha, ha resultado ser todo lo contrario: una fuente de salud total.
Antonio, vecino de Vidángoz, dijo ayer que “mecagüendios, me vas a decir tú que un plato de callicos y unos buñuelos, la ostia, eh, no son cosa buena… Ay mecagüendios…”
*No.